El inicio del "infierno" - 3/3
La hiperacusia (continuación)
Tuve que suspender mis actividades laborales totalmente. Mi excesiva sensibilidad a los sonidos me impidió escuchar música, no pude ver televisión con sonido, ni usar la computadora (por el zumbido del ventilador), tampoco estar cerca al refrigerador o al microondas cuando estaban encendidos.
Sí me mantenía expuesto a estos sonidos por algunos minutos, o ante impactos repentinos, el zumbido se exacerbaba en mis oídos y a veces me comenzaban a doler. A veces, ante algún sonido agudo repentino, como el timbre del teléfono, mis oídos producían automáticamente, una o dos repeticiones de dicho sonido, como si fuera un eco.
No pude tampoco sostener conversaciones a volumen normal porque mi propia voz me molestaba. Llegó un momento en que tuve que comunicarme solo a través de la escritura.
Tuve mucha sensibilidad a la caída de agua en el lavatorio, en la ducha, al choque de los platos y de los utensilios de cocina, a la bocina de carros, sirenas, alarmas, ladrido de perros, grito de niños o adultos, etc. Incluso el “clic” del interruptor de luz me llegó a molestar.
Cuando masticaba cosas duras o crocantes, cuando pasaba alimentos líquidos o la saliva, cuando hablaba o me hablaban, si tosía, me reía o bostezaba, sentía una fuerte resonancia (como la bocina de un auto) en ambos oídos, que a veces venía también acompañada de dolor.
La sensibilidad era en extremo aguda en mis orejas (parte externa del oído) y en las zonas cercanas a ellas, por lo que el mismo hecho de afeitarme, lavarme los dientes, y lavarme el pelo, era sumamente problemático. [@]
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Comentarios
mira escribo aqui porque creo que estoy en el mismo problema estoy desesperado ya no se que hacer
dime como saliste de este infierno??
Saludos,
Julio
Saludos,