Cómo definir el nivel de volumen para iniciar una Terapia de Sonido

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Determinar el “volumen máximo tolerable” desde el cual iniciar una terapia sonora (con ruido rosa, ruido blanco, sonidos de la naturaleza, etc.), para tratar la hiperacusia y/o el tinnitus, puede resultar ser algo sumamente difícil y complicado.

Y esto se debe por un lado a la dificultad que a veces puede haber para diferenciar un nivel de volumen de otro; y por otro lado, a que la sensación de molestia en los oídos no siempre es muy clara ni tampoco inmediata.

Otro elemento que suele contribuir a complicar las cosas, es el temor a que el sonido utilizado (ruido rosa, blanco, etc.), termine afectando nuestros oídos y empeorando nuestra situación. Sin embargo, que esto suceda es realmente improbable si se procede con cautela y se determinan y utilizan siempre niveles confortables de volumen.

Para determinar el volumen inicial a veces uno se siente tentado a probar con un nivel al azar (muchas veces alto), y luego según lo que vamos sintiendo, rápidamente comenzamos a bajar o subir de nivel.

Por experiencia considero que esto no es lo más aconsejable, ya que podríamos estar exponiendo innecesariamente nuestros oídos a un ruido más fuerte de lo que pueden tolerar.

Mejor es comenzar desde un nivel apenas audible y permanecer escuchándolo durante solo unos pocos segundos (10 o 15 segundos p.e.) a la espera de alguna reacción, y si en caso los oídos no mostraran ninguna molestia, inmediatamente proceder a subir el volumen al nivel siguiente. En este nuevo nivel, otra vez permanecer escuchándolo unos segundos, y si no hubiera molestias entonces continuar subiendo.

Una vez que se llegue a un volumen que evidencie alguna molestia y/o dolor en los oídos, pues detener la audición y tomar el nivel anterior como referencia de nuestro “volumen máximo tolerable” tentativo.

Con este nivel de volumen tentativo, realizar entonces una segunda verificación escuchando el sonido a este nivel y durante todo el período de tiempo que se haya previsto para iniciar la terapia. Si en caso se produjera alguna molestia y/o dolor durante o al final de la audición, pues entonces dejar descansar los oídos por unos minutos o algunas horas (dependiendo de cuán fuerte haya sido el malestar experimentado*), y volver a probar la audición con un nivel de volumen más bajo (el inmediato inferior).

Si la sensación de malestar aún continuara apareciendo con este nuevo nivel más bajo, entonces descansar nuevamente y seguir bajando el volumen. Repetir esta acción hasta encontrar el volumen en el que ya no se sienta ninguna molestia ni dolor (durante ni después de la audición).

Este nivel encontrado será entonces nuestro “volumen máximo tolerable” que quedará ya así confirmado, y con el cual podremos iniciar nuestra terapia sonora.

Es probable que en alguna etapa de la terapia comencemos a sentir pequeñas molestias intermitentes durante la audición, sin embargo esto por lo general suele ser pasajero y no amerita el tener que detenerla. Solo si se produjera una malestar o dolor muy fuerte podríamos considerar el reducir el nivel de volumen o bien el tiempo de audición.

Finalmente, cabe recordar aquí algo que se mencionara en un post anterior, y que se refiere a que por ningún motivo deberemos comenzar una terapia sonora con el nivel de volumen mínimo audible, en lugar del máximo tolerable. Hacer esto podría originar que nuestra sensibilidad auditiva se acentúe, debido al efecto de la llamada resonancia estocástica.



* en algunos casos podría ser mejor esperar hasta el día siguiente.


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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola Julio!
A mi el ruido blanco y el rosa me suben los acúfenos un poco, incluso con ruído a bajo nivel. Al cabo de un período de tiempo , a veces más o a veces menos, los acúfenos vuelven a estar en su sitio.
Conoces algún caso así? Cómo crees que debería actuar? Debería intentar obviar los acúfenos y usar el ruido rosa?

Gracias y saludos!

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