A qué se asemeja la Hiperacusia
Por lo general, para los
pacientes de Hiperacusia resulta muy difícil el poder explicar la
hipersensibilidad sonora que están experimentando; y para la mayoría de
personas que no la padece, de igual forma, se les hace difícil poder concebir
cómo es que este mal puede manifestarse ni cuán severo puede llegar a ser.
No siempre basta con decir
que uno no tolera la voz de las personas, el choque de los platos de loza, o el
sonido de las bolsas de plástico. Para muchos que no sufren de
hipersensibilidad, esto resulta ser imposible y poco creíble, terminando por
considerar que el paciente, o exagera, o bien tiene problemas psicológicos o
psiquiátricos.
Es bueno considerar aquí
que este tipo de hipersensibilidad es muy similar a otros que igualmente
afectan nuestros sentidos, y que sin embargo a diferencia de la hiperacusia,
resultan ser perfectamente entendibles y totalmente comprendidas por la mayoría
de personas. Aquí algunos ejemplos.
Piel
Cuando una persona sufre
una quemadura severa (2º o 3º grado), la piel queda extremadamente sensible a
cualquier roce, al punto que el aire, la sábana, una gota de agua o una simple
hoja de papel apoyada en ella podría causar dolor intenso. Exactamente lo mismo
sucede en los oídos con los sonidos comunes, cuando se padece de hiperacusia en
grado severo.
Ojos
Las personas que sufren de
fotofobia (hipersensibilidad a la luz) no pueden exponerse a la luz de manera
muy directa ni prolongada, pues experimentan un fastidio muy alto, no
permitiéndoles la visibilidad o produciéndoles mareos. En la hiperacusia el grado
de perturbación que produce la exposición a los sonidos cotidianos es de igual
forma bastante alto.
Boca
Cuando uno tiene una muela
picada, y el dentista realiza una revisión, es muy frecuente que este especialista toque
accidentalmente el nervio que está en la base de la muela, lo que produce
inmediatamente un dolor intenso en el paciente, pues el nervio está inflamado y
muy sensible. Lo mismo sucede con el nervio auditivo tras un trauma acústico. En
esta condición, un estímulo sonoro algo intenso podría generar fácilmente dolor
en el oído.
Nariz
Cuando por alguna
enfermedad, el olfato se sensibiliza, las personas pueden llegar a sentir dolor
o una gran repulsión ante determinados olores, llegando incluso al vómito o al
ahogo. En el caso de la hiperacusia, uno puede llegar a sentir dolor, zumbidos
e inclusive mareo ante diversos sonidos que para los demás sean normales en
intensidad.
En todos estos casos, lo
que está involucrado no es precisamente un problema de tipo psicológico
(stress, depresión, ansiedad, etc), sino principalmente de tipo físico o
fisiológico, y a nadie se le ocurriría pensar que el paciente podría estar
exagerando o mintiendo, o que en todo caso debiera visitar a un psiquiatra. Por
el contrario, suele resultar perfectamente entendible y comprensible lo que ellos
manifiestan, buscándose entonces, aliviarles o evitarles la exposición.
En el caso de la
hipersensibilidad sonora la consideración y comprensión debería ser igual, pues
se trata de órganos (los oídos) con terminaciones nerviosas, que de igual forma
pueden verse afectados por hechos físicos externos o internos que les terminen
produciendo algún daño o malfuncionamiento, requiriendo por tanto una atención especializada
concreta.
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Comentarios
Saludos,
Julio